- Categoría Bacharelato:
Sube los escalones con calma, con la tranquilidad del vencedor. Mientras, el pueblo duerme, arropado por una bandera bicolor, como un niño que cree estar protegido de los monstruos al cubrirse con una sábana. Aquel que no duerme, llora asustado, porque sabe que hoy la pesadilla se convierte en realidad. Llega al estrado, coloca los micros que están en él, mira de frente y sonríe. Santiago Abascal es ahora Presidente del Gobierno.
Uxía Reboredo Rodríguez , 1ºBac-D
-Categoría 3º-4º ESO:
Como
Dos Gotas De Sangre
El
chico avanzaba dentro del agua, tanteando con los pies la arena de la
playa. Levantaba en alto los brazos para que no rozaran el agua. En
uno de ellos había una profunda cicatriz. Se la había hecho dos
días después de que encontraran en los baños del instituto el
cuerpo de su gemelo. Se había suicidado. Como en trance, después de
asumirlo, lo había intentado también, pero después del primer
corte no había podido seguir. Lo habían llevado al psiquiatra, y
ahora todas las noches las pesadillas sobre cuchillas y reproches lo
acosaban. El agua le llegó a las axilas, y con un escalofrío
sumergió los brazos. ¿Cómo no había podido prever lo que su
hermano iba a hacer?¿Por qué no se lo había contado?¿Por qué no
podía él? Dejó de hacer pie. El agua distorsionaba sus brazos,
multiplicando la cicatriz. Algo tiró de sus piernas, ahogándolo, y
bajo el agua, antes de perder la consciencia, solo vio su reflejo.
Aicha
González del Valle, 3ºA-ESO
-Categoría 1º-2º ESO:
Las
doce en punto
Te
despiertas gruñendo por tener que ir al instituto; sin embargo, ha
debido de ser la costumbre puesto que no ha sonado el despertador. Te
levanas confuso, con un ojo dolorido, apenas hay luz. Quieres
encender la lámpara y no la encuentras. Es extraño. En la oscuridad
divisas una rendija de claridad;: llegas a lo que parece una
biblioteca desconocida. Coges un libro, salen enormes polillas
volando y querrías gritar pero no puedes. Reparas en una chimenea:
no es fuego de verdad, es una pegatina. Desconcertado, corres al
pasillo. Una escalofriante silueta te paraliza: un reloj de pared,
que marca las doce en punto, tictac, tictac, pero las agujas no son
reales, alguien las ha pintado. Oyes unas risas que se acercan, como
niñas canturreando [Vienes a jugar?] y la puerta se abre de golpe.
Pero no, no son niñas: su cara es de porcelana sucia, su pelo, lana
a medio coser. De repente lo entiendes: el libro de madera, el falso
fuego, las agujas del reloj…¡Estás en una casa de muñecas,
atrapado! Buscas un espejo: tú también eres un viejo muñeco, con
un ojo a medio coser. Suenan las doce. Serán las doce en punto para
siempre. [Vienes a jugar?]
Yare
Brea Espinosa 1º
C-ESO
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