I Concurso de
Microrrelatos de Terror
Os gañadores
Yare Brea Espinosa de 1º ESO
Aicha González del Valle de 3º ESO
Uxía Reboredo Rodríguez de 1º de Bacharelato
recibiron un vale de 25 euros cada un, canxeable por libros.
Velaquí os relatos.
Las
doce en punto
Te
despiertas gruñendo por tener que ir al instituto; sin embargo, ha
debido de ser la costumbre puesto que no ha sonado el despertador. Te
levantas confuso, con un ojo dolorido, apenas hay luz. Quieres
encender la lámpara y no la encuentras. Es extraño. En la oscuridad
divisas una rendija de claridad; llegas a lo que parece una
biblioteca desconocida. Coges un libro, salen enormes polillas
volando y querrías gritar pero no puedes. Reparas en una chimenea:
no es fuego de verdad, es una pegatina. Desconcertado, corres al
pasillo. Una escalofriante silueta te paraliza: un reloj de pared,
que marca las doce en punto, tictac tictac, pero las agujas no son
reales, alguien las ha pintado. Oyes unas risas que se acercan, como
niñitas canturreando "¿Vienes a jugar?” y la puerta se abre de
golpe. Pero no, no son niñas: su cara es de porcelana sucia, su
pelo, lana a medio coser. De repente lo entiendes: el libro de
madera, el falso fuego, las agujas del reloj…¡Estás en una casa
de muñecas, atrapado! Buscas un espejo: tú también eres un viejo
muñeco, con un ojo a medio coser. Suenan las doce. Serán las doce
en punto para siempre. “¿Vienes a jugar?”
Yare
Brea Espinosa, 1ºC-ESO
Como dos gotas de sangre
El
chico avanzaba dentro del agua, tanteando con los pies la arena de la
playa. Levantaba en alto los brazos para que no rozaran el agua. En
uno de ellos había una profunda cicatriz. Se la había hecho dos
días después de que encontraran en los baños del instituto el
cuerpo de su gemelo. Se había suicidado. Como en trance, después de
asumirlo, lo había intentado también, pero después del primer
corte no había podido seguir. Lo habían llevado al psiquiatra, y
ahora todas las noches las pesadillas sobre cuchillas y reproches lo
acosaban. El agua le llegó a las axilas, y con un escalofrío
sumergió los brazos. ¿Cómo no había podido prever lo que su
hermano iba a hacer?¿Por qué no se lo había contado?¿Por qué no
podía él? Dejó de hacer pie. El agua distorsionaba sus brazos,
multiplicando la cicatriz. Algo tiró de sus piernas, ahogándolo, y
bajo el agua, antes de perder la consciencia, solo vio su reflejo.
Aicha
González del Valle, 3ºA
Sube
los escalones con calma, con la tranquilidad del vencedor. Mientras,
el pueblo duerme, arropado por una bandera bicolor, como el niño que
cree estar protegido de los monstruos al cubrirse con una sábana.
Aquel que no duerme, llora asustado, porque sabe que hoy la pesadilla
se convierte en realidad. Llega al estrado, coloca los micros que
están en él, mira al frente y sonríe. Santiago Abascal es ahora
Presidente del Gobierno.
Uxía
Reboredo Rodríguez, 1º BAC-D
Parabéns aos tres!
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